Poema a la mujer maltratada

Poema de la mujer maltratada

Una mañana de verano ardiente
cuando el terral de este tiempo al mundo azota
la flor de un jardín de Europa
lanzó a los cuatro vientos un quejido, que escaló las montañas de los tiempos
implorando piedad por su martirio.
Agua! dijo aquella flor, que el calor me agobia
Agua que me mata este fuego
Dadme agua por amor del cielo
o moriré marchitada y disecada.
Escucho sus lamentos un jardinero
y al estanque del amor marcho seguido
trayendo el agua para aquella flor
Y así termino con sus quejidos
Abrazo con amor aquella flor al jardinero,
como una madre abrasa a su recién nacido, llenándolo de besos y de mimos,
Y se esparció por el mundo su perfume en un lindo mensaje convertido
que llegó con amor a los oídos de cada hombre que de mujer había nacido.
“Las mujeres son las flores de la vida no la marchite con frases y castigos
para que no tema mas al terral que marchita su vida y sus caminos"
No las maltrates con tus manos fuertes
darle a tomar el agua de tu amor
Y beberá por siempre de tu fuente.

Andrés Sánchez
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ORGE LUIS BORGES
Ajedrez

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la Tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y de blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonía?

GIUSEPPE UNGARETTI
No gritéis más

Dejad de matar a los muertos,
no gritéis más, no gritéis,
si les queréis todavía oír
si esperáis no perecer .

Tienen un susurro imperceptible,
no hacen más rumor
que el crecer de la hierba,
alegre donde no pasa el hombre.

(Versión de Jesús López Pacheco)

FERNANDO PESSOA
El poeta es un fingidor

El poeta es un fingidor.
Finge tan completamente
que hasta finge que es dolor
el dolor que en verdad siente,
Y, en el dolor que han leído,
a leer sus lectores vienen,
no los dos que él ha tenido,
sino sólo el que no tienen.
Y así en la vida se mete,
distrayendo a la razón,
y gira, el tren de juguete
que se llama corazón.

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